martes, 10 de mayo de 2011

Sobre la derrota...

Nunca la olvides, ella te cambia. Una derrota te produce depresión, tristeza, conformismo, odio, rabia y un cierto optimismo demostrado, pero pocas veces sentido, que está muy ligado con el conformismo.
¡Maldita la incompetencia y la pereza! Ese maldito entorno incompetente que te torna como ellos, sin esperanza, sin grandes metas, un exagerado conformismo que incluso me produce asco. Lo peor, tal vez, sea haber tardado tanto en descubrirlo, en ir más allá. Me he convertido en un inútil que dentro de la pequeña comunidad se veía útil. Donde sólo había uno, en otros sitios son muchos, y muchas veces mejores.
De todas formas no pienso consentir esta situación, mañana mismo empiezo una nueva forma de pensar, lejos del conformismo y el pasotismo. ¡Que triste consuelo fue sentirse mejor que esa escoria de gente a la que estoy habituado a superar!, y cuando no puedo superarlos, me miento diciendo que no me importa.
Eres un puto mediocre de mierda con tristes consuelos a los que llamas metas. No recorres ni un cuarto del camino y ya has hecho la pausa. No basta con saber que podrías hacerlo si quisieras. Lo que importa de verdad es demostrarlo día a día. Vas demasiado sobrado cuando todavía te falta mucho. No desprecies a nadie, eres demasiado egoista. No dejes de crecer, de cultivarte. Sé competente. No digas me da igual, no seas nihilista. Sé magnus.

1 comentario:

  1. El último párrafo me parece brutal.
    Yo tambien he sentido esa sensación de egoísta sobrado de la que hablas. Pero después me callan la boca.
    Supongo, que "solo sé que no sé nada".
    Saludos.

    ResponderEliminar