lunes, 16 de mayo de 2011

Esa sensación

¿Quién no ha sentido alguna vez esa sensación que se tiene al estar perdido, desorientado más bien? Hoy la he sufrido una vez más. De mañana estaba feliz, alegre; hoy iba hacia Valencia. Me han dejado en plaza España, bien y ahora, ¿qué hacer? Finalmente, tomo un metro, es la primera vez que tomo uno. Como si ya estuviera escrito, me paso de una parada. Salgo al exterior, no reconozco nada, me he perdido, Barajo mis posibilidades y me inclino a preguntar, pero, mientras ando sin rumbo, tal vez en dirección contraria ¡qué más dará! Lo importante es andar, si no andas no te mueves, si no te mueves, no avanzas. Tras preguntar a algunos ciudadanos, llego a la zona conocida, estoy a salvo.

La vida es similar a esta situación, bueno, más que ser así, funciona así. Existen miles de variables, miles de trenes, de direcciones, pero sólo un punto de salida y otro de llegada. Por supuesto, cada situación, una experiencia, un sentido. Aunque nuestros pasos son los que nos mueven, no siempre es adelante. Imaginaos una estación con trenes que llevan a otras estaciones con más trenes, y así sucesivamente. Algunos llevan hacia adelante, son los buenos trenes; otros hacia otras direcciones, estos son los que más te cambian y los más necesarios. Y entonces comprendes que lo importante es dar vueltas sin parar, no dejar de andar, esa es la respuesta.

Sabemos que hay que andar, pero no sabemos el por qué. No importa, importa el para qué; otros lo dijeron tiempo atrás. Importa la finalidad: vivir -> ir.

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