miércoles, 11 de enero de 2012

Hace ya un tiempo...

que empecé este blog y veo que es bueno releerse y recordar pues aunque sea un tópico, y yo odio los tópicos, el resonado nosce te ipsum (conócete a ti mismo) ha cobrado un nuevo sentido.  He recordado ciertas sensaciones leyéndome y renovado sentimientos.

Hace ya un tiempo que vivo en Barcelona, un paso grande si tenemos en cuenta que antes vivía en un pueblo mucho más pequeño, pero aun así, la cosa tampoco cambia tanto. Algo es cierto, el valor de la gente cambia. Perder enemigos es muy fácil pues son difíciles de encontrar y evitarlos casi sin querer es lo más normal, entonces sólo quedan amigos y una marea de gente que son conocidos y que, por esto o por otro, no les prestas atención nunca o algún día pasas a prestarles casi toda. Curiosa estructura ahora que me doy cuenta "prestar la atención" pues está claro que nada será tu núcleo de atención durante mucho tiempo. Es así, la gente va y viene, y otros se van, causando más dolor estos últimos. Pues contradiciendo a la mente, mucha de mi gente desaparece de mi vida. Y es que los caprichos del corazón siempre son ignorados por la mente. A veces queremos dedicarnos a alguien, o no perder lo que tenemos, y causa X, perdemos alguien querido. Sea lo que sea, acaba desapareciendo de nuestra vida...

Hace ya tiempo que no escribo, pero es que la mente se está centrando en otras cosas, tal vez haya perdido ese punto de reflexión en el cual tanto me basaba antes y ahora que lo he perdido me costará encontrarlo, o puede que no... Lo que tengo claro es que llevo cierto tiempo viviendo a medias, como si nunca acabara de estar perfecto... No sé si es bueno acostumbrarse a esto, tal vez por eso mismo no acabo de acostumbrarme, pero es que ultimamente me dejo llevar más y siento más, pero pienso menos, aunque sigo manteniendo mi ser y mi expresión ante el mundo.

En resultado, una entrada más, algo caótica, como la mente que tiene mucho que decir y no encuentra orden, habrá que comenzar a esquematizar y reordenar un poco el cajón, pero no demasiado que si lo hago demasiado no tendré la suerte de dar con cosas por casualidad.